Comentario del artículo: Strength and Athletic Adaptations Produced by 4 Programming Models: A Velocity-Based Intervention Using a Real-Context Routine

Alejandro Martínez-Cava, Alejandro Hernández-Belmonte, Jesús G Pallarés. Strength and Athletic Adaptations Produced by 4 Programming Models: A Velocity-Based Intervention Using a Real-Context Routine. International Journal of Sports Physiology & Performance 2022 Mar 31;1-10. Enlace

 

A continuación, se presentan los resultados de un reciente estudio realizado durante los últimos 4 años en nuestro laboratorio que tenía por objetivo comparar las adaptaciones de fuerza y atléticas generadas por 4 modelos distintos de programación cuando se implementan en una rutina de entrenamiento de fuerza comúnmente utilizada por deportistas recreacionales y profesionales. Para ello, 52 sujetos fueron asignados a uno de los siguientes modelos programación (Figura 1): lineal (la intensidad relativa aumentaba mientras el volumen intra-serie disminuía), lineal inversa (la intensidad relativa disminuía mientras el volumen intra-serie aumentaba), ondulante (la intensidad relativa y el volumen intra-serie variaban en cada sesión) o constante (la intensidad relativa el volumen intra-serie se mantenían constantes durante todo el ciclo de entrenamiento).

Figura 1. Modelos de programación examinados: lineal (LP), lineal inverso (RP), ondulante (UP) y constante (CP). Las ecuaciones X(X) hacen referencia al carácter del esfuerzo. Por ejemplo, un carácter del esfuerzo de 6(12) supondría realizar 6 repeticiones utilizando el peso que permitiría al atleta completar un total de 12 (∼75% 1RM).

 

Los sujetos incluidos en cada uno de los modelos de programación completaron un programa de entrenamiento de fuerza de 10 semanas compuesto por los ejercicios: press de banca, sentadilla, peso muerto, dorsal remo y press de hombros. Los 4 grupos experimentales entrenaron con la misma frecuencia (2 sesiones por semana), número de series (3 por ejercicio), recuperaciones entre series (4 minutos), descanso entre sesiones (72 horas) e intensidad media (77.5 %1RM). Para ajustar de manera precisa dicha intensidad relativa (% 1RM) se utilizó el método basado en la velocidad. Los efectos generados por cada uno de los modelos de programación se examinaron utilizando una completa batería de evaluaciones de fuerza y atléticas que incluyó: tests incrementales con cargas, saltos, esprines y tests Wingate de piernas y brazos.

Los principales resultados mostraron que, cuando se implementan en una rutina real de entrenamiento de fuerza y se igualan las principales variables de entrenamiento, no hay diferencias a nivel práctico entre la efectividad de los 4 modelos de programación examinados (Figura 2):

 


Figura 2.
Efecto sobre la fuerza muscular generado por cada uno de los modelos de programación examinados: lineal (LP), lineal inverso (RP), ondulante (UP) y constante (CP).

 

Considerando que los ejercicios incluidos en esta investigación son comúnmente utilizados por atletas de diferentes niveles de rendimiento, los hallazgos del presente estudio proporcionan una valiosa información práctica para entrenadores y preparadores físicos. Así, el hecho de no encontrar una efectividad claramente superior para ninguno de los modelos examinados permitiría a los entrenadores y atletas elegir la estrategia de programación en función de sus posibilidades/preferencias individuales. No obstante, las sutiles ventajas adaptativas detectadas para algunos modelos sugerirían que los deportistas podrían beneficiarse de la utilización de un modelo de programación sobre el resto para maximizar el rendimiento en ejercicios específicos y/o habilidades atléticas concretas (p.ej., utilizar el modelo ondulante para mejorar el rendimiento en esprines y saltos; o el modelo lineal para maximizar la capacidad anaeróbica de las extremidades inferiores, ver Tabla 1 y 2 del artículo original).

Comentario sobre las recientes investigaciones relativas a la ecografía panorámica y sus aplicaciones para la medida del área de sección transversal del músculo (ACSA)

 

Estudio 1: Pectoralis cross-sectional area can be accurately measured using panoramic ultrasound: a validity and repeatability study – Ultrasound in Medicine & Biology

 

Estudio 2: “Panoramic ultrasound requires a trained operator and specific evaluation sites to maximize its sensitivity: A comprehensive analysis of the measurement errors” – Physiology & Behavior

 

Objetivo

Estos dos trabajos tuvieron como objetivo analizar la validez y repetitividad de la ecografía panorámica para evaluar el área de sección transversal (ACSA) de los músculos pectoral mayor (Estudio 1) y cuádriceps femoral (Estudio 2). Además, en ambos trabajos se examinó la influencia de la experiencia del evaluador en las medidas de validez y repetitividad anteriormente mencionadas.

 

Metodología

Dos evaluadores con diferente experiencia en la implementación de esta técnica (evaluador entrenado: > 200h de práctica; evaluador principiante: 10h de práctica) registraron ecografías panorámicas de ambos pectorales (Estudio 1) y cuádriceps (Estudio 2) de 16 participantes. En concreto, estas ecografías se realizaron al 50% de la distancia entre el esternón y la areola mamaria (Estudio 1, Figura 1) y al 20, 30, 40, 50, 60 y 70% de la distancia entre el trocánter mayor y la parte central de la rótula (Estudio 2, Figura 2). Cada evaluador tomó, con 5 minutos de separación, dos imágenes del ACSA en los puntos anteriormente mencionados para examinar los errores de adquisición. A continuación, la adquisición 1 se analizó dos veces para cuantificar los errores de análisis. Por último, el valor de ACSA resultante de la adquisición 1 se comparó con el medido por resonancia magnética (gold standard).

 

Figura 1. (A) Marcas longitudinales delimitando la región objetivo. (B) ACSA del pectoral mayor. R = Costilla; CL = Clavícula

 

 

Figura 2. Marcas transversales delimitando las regiones objetivo e imágenes ACSA obtenidas en cada región mediante las técnicas de resonancia magnética (gold standard) y ecografía panorámica. VL: Vasto lateral, VMVI: Vasto medial + intermedio, RF: Recto femoral, F: Fémur.

 

En ambos estudios, los análisis de validez y repetitividad incluyeron los estadísticos error estándar de la medida (SEM), expresado tanto en valores absolutos (cm2) como relativos (CV, %), así como el cálculo del sesgo (bias) y su desviación estándar [SD]. Además, se calculó el cambio mínimo detectable (SDC) como parámetro de sensibilidad. En la práctica, un aumento/disminución de la masa muscular tras una intervención de entrenamiento/desentrenamiento sólo debe interpretarse como un cambio real si éste es mayor que el SDC de adquisición.

 

Principales resultados

 

Estudio 1: Los errores generados por el evaluador entrenado fueron sustancialmente menores que los cometidos por el principiante, especialmente durante la adquisición de la imagen (SEM = 0.25 cm2 vs. 0.66 cm2, CV = 1.06% vs. 2.98%) y cuando se comparó con la resonancia magnética (SEM = 0.27 vs. 1.90 cm2, CV = 1.13% vs. 8.16%). Además, aunque ambos operadores infraestimaron el ACSA del pectoral, la magnitud y variabilidad de estos errores fueron menores para el evaluador entrenado (bias = 0.19 [0.34] cm2) que para el principiante (bias = 1.97 [2.59] cm2).

 

Estudio 2: Los errores de medición fueron menores para el evaluador entrenado que para el principiante: Error de adquisición (SEM = 0.05 – 0.78 cm2 vs. 0.25 – 1.42 cm2), error de análisis (SEM = 0.13 – 1.93 cm2 vs. 0.30 – 3.05 cm2) y error tras comparación con resonancia magnética (SEM = 0.13 – 1.93 cm2 vs. 0.30 – 3.05 cm2). Las regiones donde se detectaron los errores más bajos fueron aquellas situadas en la parte central del muslo (40-50%), aunque se encontraron ligeras diferencias entre músculos: Vasto medial + vasto intermedio (30-40%), vasto lateral (40-50%) y recto femoral (50-60%).

 

Conclusión y Aplicaciones prácticas

Los hallazgos principales de ambos estudios permiten concluir que la validez y la repetividad de la ecografía panorámica para medir el ACSA del pectoral mayor y de los músculos que componen el cuádriceps dependen de la experiencia del evaluador. En concreto, el uso de la ecografía panorámica por parte de un evaluador entrenado disminuiría los errores de medición y, por tanto, el cambio mínimo que debería detectarse tras un periodo de entrenamiento/desentrenamiento para asumir una verdadera modificación del ACSA (es decir, cambio pre-post intervención > SDC de adquisición). Por ejemplo:

– Earp et al. (2015) encontraron un incremento promedio de 0.50 cm2 en el ACSA del músculo recto femoral al 50% de la longitud de fémur tras 8 semanas de entrenamiento de fuerza mediante el ejercicio de sentadilla. En base a los resultados obtenidos por nuestra investigación, podría considerarse que dicha modificación del ACSA hubiese sido detectada por el evaluador entrenado (error de adquisición = 0.38 cm2), pero NO por el evaluador principiante (error de adquisición = 1.01 cm2).

– Sin embargo, tanto el evaluador entrenado (error de adquisición = 0.70 cm2) como el principiante (error de adquisición = 1.84 cm2) hubiesen sido capaces de identificar los cambios promedio observados en el ACSA del pectoral mayor tras la implementación de tres programas de entrenamiento de fuerza basados en pérdidas de velocidad del 15% (aumento ACSA = 2.65 cm2), 25% (aumento ACSA = 4.73 cm2) y 50% (aumento ACSA = 4.52 cm2) (Pareja-Blanco et al. 2020).

En general, los hallazgos de los Estudios 1 y 2 presentados sugieren que cuanto mayor sea la experiencia del operador, mayor será la sensibilidad de esta técnica.

 

Desde Human Performance & Sports Science agradecemos la colaboración al grupo de investigación GENUD-Toledo en el desarrollo de estos trabajos.

Comentario del artículo: Altitude and endurance performance in altitude natives vs. lowlanders: Insights from professional cycling

Manuel Mateo-March, Xabier Muriel, Pedro L. Valenzuela, Alexis Gandia-Soriano, Mikel Zabala, David Barranco-Gil, Jesús G. Pallares, Alejandro Lucia. Altitude and endurance performance in altitude natives vs. lowlanders: Insights from professional cycling. Medicine & Science in Sports & Exercise. 2022. Enlace

 

Se presenta a continuación un resumen y aplicaciones prácticas que se desprenden de este trabajo recientemente publicado en una de las revistas más prestigiosas del área Sports Sciences del JCR, liderados por investigadores pertenecientes a cinco Universidades y Grupos de Investigación.

  • Faculty of Sport Sciences, Universidad Europea de Madrid
  • Department of Physical Activity and Sport, University of Granada
  • Sport Science Department. Universidad Miguel Hernández de Elche, Spain
  • Biophysics and Medical Physics Group (GIFIME), Dept of Physiology, University of Valencia, Valencia, Spain.
  • Human Performance and Sports Science Laboratory, Faculty of Sport Sciences, University of Murcia

Como continuación de este proyecto de investigación, y a la vista de los últimos trabajos presentados en los que se muestran los valores normativos de ciclistas profesionales (ENLACE), el efecto de la temperatura ambiente sobre su rendimiento físico (ENLACE), así como las demandas físicas y energéticas que acontecen durante una gran vuelta (ENLACE), en este nuevo artículo se analiza por primera vez en la literatura internacional la influencia que puede tener para un ciclista profesional nacer y haberse criado en la altitud (NATIVES) o a nivel del mar (LOWLANDERS) sobre su rendimiento físico cuando se tienen que someter a esfuerzos máximos en la altitud (desde < 500m hasta > 2000 m sobre el nivel del mar -m s. n. m.-).

Para ello, se han analizado los registros de entrenamiento y competición de 33 ciclistas profesionales durante 8 temporadas, diferenciando los resultados de aquellos que han nacido a nivel del mar (LOWLANDERS; n =19; 431 ± 380 m s. n. m.) y los nacidos y criados en altitud (NATIVES; n = 14; 2583 ± 33 m s. n. m.; > 1800 m s. n. m., y han vivido a esa altura hasta por lo menos los 18 años de edad). El nivel competitivo de todos los ciclistas que participaron en el estudio era muy alto y similar entre ambos grupos (NATIVES vs. LOWLANDERS) (Tabla 1).

A nivel del mar, los dos grupos mostraron niveles muy similares de VO2max estimado (LOWLANDERS = 79,4 ± 3,5 ml·kg-1·min-1; NATIVES = 78,2 ± 4,0 ml·kg-1·min-1). Sin embargo, cuando los ciclistas ascienden a altitudes superiores a los 2000 m s. n. m., esta potencia aeróbica se ve drásticamente afectada en los ciclistas que han nacido a nivel del mar (LOWLANDERS -17,5 ± 3,5 %), mientras que los ciclistas nacidos en altitud amortiguan una parte muy importante de esta caída (NATIVES -10,4 ± 5,1 %) (Figura 1).

 

Cuando analizamos la evolución del MMP a medida que aumenta la altitud a la que se realiza el esfuerzo (Figura 2), se observa como los nativos en altitud (NATIVES) son capaces de sostener con mayores garantías el perfil de potencia que los nacidos a nivel del mar (LOWLANDERS), detectándose las mayores diferencias a partir de los 1500 m. s. m de altitud, y en esfuerzos de menos de 1 min de duración.

 

Igualmente, resulta destacable que incluso a baja altitud (501-1000 m s. n. m.) los nacidos a nivel del mar (LOWLANDERS) evidencian un deterioro sustancial y determinante de su rendimiento, mientras que a esas altitudes los NATIVES son capaces de sostener su MMP sin modificaciones significativas.

Aun teniendo en cuenta las limitaciones asociadas a esta metodología, los resultados de este trabajo evidencian sin lugar a dudas que la exposición aguda a la altitud (de 500 a >2000 m s. n. m.) influye drásticamente en el rendimiento deportivo que pueden alcanzar los ciclistas nacidos a nivel el mar, aunque esta altitud tiene un impacto sustancialmente menor en el rendimiento en los nativos en altitud. De hecho, en este trabajo se observa por primera vez un rendimiento disminuido en los nacidos a nivel del mar incluso a altitudes muy bajas (500 a 1000 m s. n. m.), mientras que esta tendencia fue mucho menos evidente en los nativos de altitud, al menos para duraciones de ejercicio <10 min. Aunque son necesarias más experiencias e investigaciones en este ámbito, parece demostrado que los ciclistas profesionales nacidos en altitud tienen una ventaja competitiva en las carreras que se realizan en altura (> 500m), y muy especialmente por encima de los 1500 m s. n. m.

Comentario del artículo: The record power profile of male professional cyclists: fatigue matters

Manuel Mateo-March, Pedro L. Valenzuela, Xabier Muriel, Alexis Gandía, Mikel Zabala, Alejandro Lucia, Jesús G. Pallares, and David Barranco-Gil. The record power profile of male professional cyclists: fatigue matters. Int J Sports Physiol Perform. 2021. Online ahead of print.

 

Como continuación de este proyecto de investigación, y a la vista de los últimos trabajos presentados en los que se muestran los valores normativos de ciclistas profesionales (ENLACE) así como las demandas físicas y energéticas que acontecen durante una gran vuelta (ENLACE), en este nuevo artículo se analizan los valores de referencia de la media máxima de potencia (Maximun Mean PowerMMP) para los distintos tiempos de exposición (desde 1 s hasta 120 min) y nivel competitivo (World Tour, n = 66; Profesional Continental, n = 46), pero identificando en esta ocasión su relación con los distintos niveles de fatiga acumulada en casa sesión por el corredor, entendida como el gasto energético previo que ha acumulado el ciclista relativo a su peso corporal (kJ·kg-1). Es decir, respondemos por primera vez con solidez a la pregunta de qué efectos pueden tener distintos grados de fatiga acumulada sobre el mejor valor de potencia de un ciclista profesional, y además si la capacidad de sostener ese mejor valor de potencia en fatiga puede ser indicador o predictivo de su nivel competitivo (WT o PT).

Para ello, se han analizado los datos de 112 ciclistas profesionales varones, de las temporadas 2013 a 2021 (20% datos de competición; 80% datos de entrenamiento), de los cuales 66 fueron ciclistas del WT y 46 del PT en tres equipos diferentes. Entre los ciclistas que participaron en el estudio hay ganadores y pódiums de grandes vueltas, así como ganadores de etapas de grandes vueltas y etapas de prestigio de un día, como campeonatos del mundo y los llamados monumentos del ciclismo (clásicas).

En la Tabla 1 se puede observar la descripción de los ciclistas que componen la muestra:

La curva récord de potencia (RPPRecord Power Profile) de cada ciclista se ha analizado recogiendo los mejores registros de potencia, tanto en valor absoluto como relativos a su peso, en esfuerzos que van de los 10 s a los 120 min. Todos estos valores de potencia se han obtenido a su vez tras 5 niveles de fatiga acumulada, es decir, construimos las curvas de potencia de cada corredor sin fatiga (0 kJ·kg−1), y tras haber gastado ese día de entrenamiento o competición 15, 25, 35 y 45 kJ·kg−1, lo que implica por ej. que un corredor de 70 kg haya realizado un esfuerzo previo de 240 W constantes durante 75 min, 120 min, 170 min y 220 min, respectivamente.

De los resultados del análisis de la RPP en fatiga cuando se incluyen todos los corredores sin distinción de su nivel competitivo (WT y PT), la Figura 1 muestra cómo decrece progresivamente el rendimiento de los ciclistas con la acumulación de gasto energético previo, evidenciando descensos significativos ya desde los 15 kj·kg-1, y siendo especialmente notables en los máximos desgastes analizados de 45 kj·kg-1. Estos datos, por la cantidad y calidad de la muestra sometida a estudio, se han de tener especialmente en consideración a la hora de programar o analizar entrenamientos y competiciones ya que, como era de esperar, la MMP se muestra especialmente susceptible a la fatiga acumulada. Tomando el mejor perfil de potencia de cada ciclista (es decir, en estado fresco, sin fatiga previa), la pérdida de potencia para todos los tiempos de exposición (desde los 10 s hasta 120 min) es lineal y progresiva a medida que se acumula fatiga (i.e., desde 1.6% – 3.0% de caída después 15 kJ·kg−1, hasta una pérdida del 6.0% – 9.7% después 45 kJ·kg−1; Figura 1).

Figura 1. Efectos de los diferentes grados de fatiga sobre el récord del perfil de potencia en los 112 corredores profesionales analizados. El símbolo * indica diferencias significativas con respecto al valor potencia sin fatiga (0 kJ∙kg-1).

 

Cuando se realiza el mismo análisis de pérdida de potencia asociada a la fatiga acumulada, pero diferenciando el nivel competitivo del corredor (WT vs. PT), volvemos a observar que en estado de recuperación (es decir, en ausencia de fatiga; 0 kj·kg-1), no hay diferencias estadísticamente significativas entre ambos niveles de rendimiento, aspecto que ya había quedado demostrado en Muriel et al. (2021), así como en otros trabajos previos de referencia (Leo et al. 2021). No obstante, a medida que avanza la fatiga acumulada, los ciclistas WT son capaces de amortiguar en mayor medida la pérdida de sus mejores valores de potencia, especialmente para niveles de fatiga mayores a 25 kJ·kg−1, y sobre todo en esfuerzos de larga duración (más de 60 min) (Figura 2).

 

Figura 2. Pérdida de potencia media máxima relativa al peso del corredor tras diferentes grados de fatiga para ciclistas World Tour (WT) y Profesional Continental (PT). Diferencias significativas entre grupos: *p<0.05, **p<0.01, ***p<0.001.

 

Desde un punto de vista práctico, el presente estudio pone de manifiesto que el mejor valor de potencia de los ciclistas profesionales involuciona notablemente en función de su grado de fatiga, con pérdidas significativas y progresivas tras esfuerzos de 15 kJ·kg−1 (aproximadamente unos 1000 kJ para un ciclista de unos 66 kilos, en función de la intensidad y de la tipología de los esfuerzos realizados). Por otro lado, también se evidencia que tener una mayor capacidad para atenuar esta disminución de la producción de potencia bajo condiciones de fatiga es un claro predictor de que el ciclista a alcanzado el más alto nivel del ciclismo profesional.

Por último, la Tabla 2 muestra el % de pérdida de potencia que acontece en el total de esta muestra (uniendo a los WT y los PT; n = 112) tras los distintos niveles de fatiga acumulada (15, 25, 35 y 45 kj·kg-1) por percentiles, siendo el p10 los ciclistas que menor potencia pierden con la fatiga acumulada. En esta tabla se puede observar que mientras algunos ciclistas del p10 no muestran una disminución notable en sus valores de MMP para esfuerzos de hasta 60 min, incluso después de una acumulación de fatiga extrema (es decir, una disminución de menos del 2% después de 45 kJ·kg−1), los ciclistas promedio (percentil 50) muestran una disminución superior al 2% en casi todos los valores de MMP después de 25 kJ·kg−1. Estos resultados nos permiten sugerir que la resistencia a la fatiga podría ser la gran diferencia entre el 10% de los mejores ciclistas y el resto.

En su conjunto, los hallazgos de todas estas publicaciones marcan, en nuestra opinión, un antes y un después a la hora de analizar el nivel competitivo de los ciclistas, interpretar sus registros de entrenamiento y de competición, así como la individualización de sus cargas de entrenamiento. En especial, con este trabajo se abre toda una nueva línea de investigación sobre la modificación del MMP del ciclista a medida que avanza la fatiga intrasesion, los efectos sobre su potencial rendimiento en los momentos decisivos de la carrera, así como los más que probables ajustes que se deberán llevar a cabo para la programación de las cargas en condiciones de fatiga.

 

REFERENCIAS

Peter Leo, James Spragg, Tim Podlogar, Justin S Lawley e Íñigo Mujika. Power profiling and the power-duration relationship in cycling: a narrative review. Eur J Appl Physiol. 2021 Oct 27. Online ahead of print. doi: 10.1007/s00421-021-04833-y.

Manuel Mateo-March, Teun van Erp, Xabier Muriel, Pedro L. Valenzuela, Mikel Zabala, Robert P. Lamberts, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil y Jesús G. Pallarés. The record power profile in professional female cyclists: normative values obtained from a large database. Int J Sports Physiol Perform. 2021. Online ahead of print. https://doi.org/10.1123/ijspp.2021-0372

Pedro L. Valenzuela, Xabier Muriel Teun van Erp, Manuel Mateo-March, Alex Gandía, Mikel Zabala, Robert P. Lamberts, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil y Jesús G. Pallarés. The record power profile in professional male cyclists: normative values obtained from a large database. Int J Sports Physiol Perform. 2021. Online ahead of print. https://doi.org/10.1123/ijspp.2021-0263

Xabier Muriel, Pedro L Valenzuela, Manuel Mateo-March, Jesús G Pallarés, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil. Physical Demands and Performance Indicators in Male Professional Cyclists During a Grand Tour: WorldTour Versus ProTeam Category. Int J Sports Physiol Perform. 2021 Aug 3;1-9. doi: 10.1123/ijspp.2021-0082. Online ahead of print.

Xabier Muriel, Manuel Mateo-March, Pedro L Valenzuela, Mikel Zabala, Alejandro Lucia, Jesús G Pallares, David Barranco-Gil. Durability and repeatability of professional cyclists during a Grand Tour. Eur J Sport Sci. 2021 Sep 29;1-15. doi: 10.1080/17461391.2021.1987528. Online ahead of print.

Comentario sobre las recientes investigaciones relativas a la presencia de incompetencia cronotropa (IC) como causa de fatiga relacionada con el ejercicio en pacientes con COVID-19 persistente.

Amaya Jimeno-Almazán, Jesús G. Pallarés, Ángel Buendía-Romero, Alejandro Martínez-Cava and Javier Courel-Ibáñez. Chronotropic Incompetence in Non-Hospitalized Patients with Post-COVID-19 Syndrome. Journal of Clinical Medicine. 2021, 10, 5434. https://doi.org/10.3390/jcm10225434 Enlace

 

El término “COVID-19 persistente” (también conocido como long-COVID-19) hace referencia a aquellos pacientes que, con un historial de infección por SARS-CoV-2 probable o confirmada, generalmente 3 meses desde el inicio de la enfermedad aguda, presentan síntomas clínicos que duran al menos 2 meses y que no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo. De acuerdo con las últimas estimaciones, entre el 10 y el 15% de los casos de COVID-19 desarrollan síntomas crónicos o persistentes que superan los 6 meses de evolución.

Las manifestaciones clínicas persistentes de esta enfermedad se caracterizan por ser de carácter multiorgánico y constituir un conjunto de síntomas entre los que destacan la fatiga post-esfuerzo y la sensación de falta de aire (disnea), junto con un conjunto de expresiones neuropsicológicas, como la cefalea y el deterioro cognitivo de perfil subcortical.  Como consecuencia, las personas con síndrome post COVID-19 empeoran de forma importante su capacidad funcional, incluso durante actividades cotidianas de baja intensidad, por lo que sus niveles de actividad física diaria se ven drásticamente disminuidos.

En el momento actual, no se sabe con certeza el mecanismo último que motiva la aparición de la intolerancia al esfuerzo y la disnea, que constituyen los dos síntomas más frecuentes de esta condición. La presencia de alteraciones pulmonares sutiles como son las secuelas fibróticas de la enfermedad, que determinan trastornos en el intercambio gaseoso y las alteraciones de la ventilación, podrían explicar en parte los síntomas. Sin embargo, la mayoría de estos pacientes, persisten sintomáticos aun con la función pulmonar íntegra y habiendo recuperado todas las lesiones orgánicas específicas causadas por la enfermedad.

Dentro del proyecto RECOVE y sus múltiples líneas de investigación derivadas, la aportación de la publicación que presentamos aquí se fundamenta en el hallazgo frecuente de incompetencia cronotropa (IC) en estos pacientes. Otros investigadores han evidenciado la presencia de IC en momentos más precoces de la evolución1, pero, hasta la fecha, esta es la primera publicación que expone la persistencia de la alteración mas a allá de los seis meses del diagnóstico de la infección aguda en un porcentaje significativo de pacientes con COVID-19 persistente.  La IC es un factor limitante del ejercicio habitual en otras patologías como la insuficiencia cardiaca o el EPOC (enfermedad obstructiva crónica), y que podría justificar la disnea y fatigabilidad precoz asociada al esfuerzo en el long COVID-19 en ausencia de otras lesiones orgánicas evidenciables. Se presume que uno de los mecanismos principales por los que se produce la IC son las alteraciones del sistema nervioso autónomo que acontecen en los momentos iniciales de la infección aguda y que son responsables de esta y otras manifestaciones vegetativas que sufren los pacientes tales como la presencia de taquicardia postural ortostática, los sofocos o la sudoración inapropiada2,3.

La Incompetencia Cronotropa se define y caracteriza por la incapacidad de adecuación de la frecuencia cardiaca ante el incremento de las demandas energéticas durante ejercicio físico, y se considera criterio diagnóstico cuando el paciente no alcanza el 80% de la frecuencia cardiaca máxima estimada durante un test de esfuerzo maximal, o cuando su índice de incompetencia cronotropa es inferior a 0.8 (FC de ejercicio = [(220 − edad – FC reposo)] × (METs estadio − 1) ∕ (METs pico − 1) + FC reposo).

Para esta publicación se examinó la cohorte RECOVE (Recuperación de la COVID-19 persistente a través del ejercicio físico), compuesta por pacientes con COVID-19 persistente que presentaron formas no graves de la infección y que no precisaron hospitalización. Treinta y dos individuos cumplieron los criterios de elegibilidad, incluido un diagnóstico de SARS-CoV2 mediante pruebas PCR o pruebas rápidas antigénicas. Es importante resaltar que todos ellos estaban en activo antes de la infección por SARS-CoV2 y ninguno estaba tomando medicación capaz de interferir con la frecuencia cardiaca, como, por ejemplo, betabloqueantes.

Después de la evaluación médica inicial, y como parte de las pruebas complementarias para conocer su condición física (fitness cardiorrespiratorio), todos los participantes completaron una prueba de Ekblom-Bak4 de carácter submaximo en cicloergómetro bajo supervisión médica con objeto de identificar anomalías en la respuesta cardiovascular. Cuando se sospechó la presencia de incompetencia cronotropa, los participantes completaron un test de esfuerzo maximal según el protocolo de Bruce en cinta rodante para la confirmación diagnósticos. En la figura 1, se muestra el diseño experimental y los principales hallazgos diagnósticos.

Se evidenció que, en aquellos pacientes que al final de la realización de un test de Ekblom-Bak eran incapaces de alcanzar el 70% de la FC máxima predicha y que, paralelamente, comunicaron una percepción subjetiva del esfuerzo en una escala de Borg de 6-20, igual o superior a 16, se pudo confirmar posteriormente la presencia de incompetencia cronotropa en el test de esfuerzo máximo. En la tabla 1 se pueden consultar las características basales de los 4 de los 32 pacientes (12,5%), que cumplieron los criterios indicados.

Cabe destacar que la valoración médica clínica, la analítica, la evaluación cardiológica, que se realizó mediante el ECG en reposo y los parámetros de la ecocardiografía se encontraban dentro de los límites normales en los 4 pacientes identificados. Asimismo, cuando se compararon variables ecocardiográficas, espirométricas y los resultados de los cuestionarios de salud que evaluaban la intolerancia al ejercicio, la disnea y la fatiga (CFQ-11; Chalder, Fatigue Scale, FSS; Fatigue Severity Scale, DSQ-14; The DePaul Symptom Questionnaire, PCFS; Post-COVID-19 Functional Status Scale y mMRC; Modified Medical Research Council dyspnea scale), entre pacientes con diagnóstico positivo y negativo para IC, no se encontraron diferencias estadísticas significativas.

La novedosa contribución de este estudio ha sido poner en evidencia como la realización de un test de 8 minutos de EKblom-Bak submaximo, no invasivo y con muy bajos requerimientos de instrumental, es una herramienta barata, sencilla, reproducible y confiable, que permite un cribado diagnostico para los pacientes cuyo síntoma principal sea la disnea y la fatigabilidad precoz durante el ejercicio con COVID-19 persistente. Aplicando unos criterios de cribado sencillos y fáciles de obtener, aun cuando no se disponga de un test de esfuerzo maximal, podremos identificar pacientes con sospecha de incompetencia cronotropa y secundariamente esto permitiría derivar de forma dirigida a los pacientes desde la atención primaria a la atención especializada para una valoración cardiológica más exhaustiva. Además, este test permite poner en evidencia alteraciones funcionales cuando el paciente no presenta otros cambios evidenciables, por ejemplo, en la espirometría5.  Queda pendiente de dilucidar, con nuevas investigaciones, si con el entrenamiento individualizado al que se han sometido estos pacientes, parte de estas alteraciones en la respuesta de la frecuencia cardiaca con el ejercicio se podría revertir o incluso, normalizar, tal y como ya se ha evidenciado en pacientes con otras patologías como la insuficiencia cardiaca.

En resumen, la presencia de incompetencia cronotropa puede ser responsable de las manifestaciones a largo plazo como la fatiga post-esfuerzo y disnea durante el ejercicio en una proporción no despreciable de individuos con COVID-19 persistente. La realización de un test de esfuerzo submaximal según el protocolo de Ekblom-Bak y la aplicación de unos criterios sencillos, permite la identificación de estos pacientes incluso en entornos asistenciales no complejos y sin dotación para la realización de test de esfuerzo maximal, una vez se han excluido otros daños estructurales asociados a la infección por SARS-CoV2. Los efectos del ejercicio físico en la reversión de la IC en COVID-19 persistente no son conocidos y se precisan nuevos estudios para ponerlo en evidencia.

Proyecto Cofinanciado por la Universidad de Murcia, Clínica Cardiosalus y Centro Médico Virgen de la Caridad

Bibliografía

  1. Szekely Y, Lichter Y, Sadon S, Lupu L, Taieb P, Banai A, Sapir, O.; Granot, Y.; Hochstadt, A.; Friedman, S. Cardiorespiratory Abnormalities in Patients Recovering from Coronavirus Disease 2019. J. Am. Soc. Echocardiogr. 2021
  2. Dani, M.; Dirksen, A.; Taraborrelli, P.; Torocastro, M.; Panagopoulos, D.; Sutton, R.; Lim, P.B. Autonomic dysfunction in ‘long COVID’: Rationale, physiology and management strategies. Clin. Med. J. R. Coll. Physicians Lond. 2021, 21, E63–E67.
  3. Buchhorn, R.; Willaschek, C.; Baumann, C. SARS-CoV-2 infections and the autonomic nervous system. Monatsschr. Kinderheilkd. 2021, 169, 645–648
  4. Björkman, F.; Ekblom-Bak, E.; Ekblom, Ö.; Ekblom, B. Validity of the revised Ekblom Bak cycle ergometer test in adults. Eur. J.Appl. Physiol. 2016, 116, 1627–1638
  5. Lam, G.Y.; Befus, A.D.; Damant, R.W.; Ferrara, G.; Fuhr, D.P.; Stickland, M.K.; Varughese, R.A.; Wong, E.Y.; Smith, M.P. Exertional Intolerance and Dyspnea with Preserved Lung Function: An Emerging Long COVID Phenotype? Respir. Res. 2021, 22,222.

Comentario sobre las recientes investigaciones relativas a los perfiles de potencia en el ciclismo profesional masculino y femenino: valores normativos de una gran base de datos

  • Manuel Mateo-March, Teun van Erp, Xabier Muriel, Pedro L. Valenzuela, Mikel Zabala, Robert P. Lamberts, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil y Jesús G. Pallarés. The record power profile in professional female cyclists: normative values obtained from a large database. Int J Sports Physiol Perform. 2021. Online ahead of print. https://doi.org/10.1123/ijspp.2021-0372

 

  • Pedro L. Valenzuela, Xabier Muriel Teun van Erp, Manuel Mateo-March, Alex Gandía, Mikel Zabala, Robert P. Lamberts, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil y Jesús G. Pallarés. The record power profile in professional male cyclists: normative values obtained from a large database. Int J Sports Physiol Perform. 2021. Online ahead of print. https://doi.org/10.1123/ijspp.2021-0263

 

Se presenta a continuación un resumen y diversas aplicaciones prácticas que se desprenden de estos dos trabajos recientemente publicados en una de las revistas más prestigiosas del área Sports Sciences del JCR, liderados por investigadores pertenecientes a seis Universidades y Grupos de Investigación.

  • Faculty of Sport Sciences, Universidad Europea de Madrid
  • Department of Physical Activity and Sport, University of Granada
  • Sport Science Department. Universidad Miguel Hernández de Elche, Spain
  • Department of Sport Science, Faculty of Medicine and Health Sciences, Stellenbosch University, Stellenbosch, South Africa.
  • Biophysics and Medical Physics Group (GIFIME), Dept of Physiology, University of Valencia, Valencia, Spain.
  • Human Performance and Sports Science Laboratory, Faculty of Sport Sciences, University of Murcia

 

Como continuación del Proyecto de Investigación en curso sobre el estudio de las demandas físicas, requerimientos energéticos y de resistencia a la fatiga que se experimentan en el ciclismo profesional (ENLACE), en estos dos últimos trabajos se presentan por primera vez los valores normativos de la media máxima de potencia (Maximun Mean PowerMMP) para los distintos tiempos de exposición (desde 1 s hasta 240 min), según sexo (masculino y femenino), nivel competitivo (Word Tour y Professional Continental) y tipologías de corredor, todo ello gracias a la amplia base de datos que se ha podido registrar de ciclistas de máximo nivel durante 8 temporadas.

En el caso de los ciclistas masculinos se han analizado los datos de las temporadas 2013 a 2021 de 144 ciclistas profesionales (20% datos de competición; 80% datos de entrenamiento), de los cuales 98 fueron ciclistas del World Tour y 46 del Pro Team. En el caso de las féminas, 44 ciclistas profesionales pertenecientes a 2 equipos World Tour y 1 Pro Team, con datos de 2015 a 2020. En ambos estudios (masculino y femenino) han participado ciclistas con victorias y pódiums en las mejores competiciones de un día, vueltas y grandes vueltas del calendario UCI.

Para ambas publicaciones se han dividido a los ciclistas en diferentes categorías, según su tipología o rol dentro del equipo: Sprinteres (Sprinters), Escaladores (Climbers), Contrarrelojistas (Time Trialist) y Todo Terrenos (All-rounders). En el caso de los ciclistas masculinos se distinguen adicionalmente los ciclistas que aspiran a grandes generales (GC Contenders).

Las dos próximas tablas incluyen la descripción de los ciclistas masculinos (Tabla 1) y femeninos (Tabla 2) que participaron en sendos estudios.

Como datos más relevantes podemos observar que, tal como se presuponía, los ciclistas varones y mujeres más ligeros tienen principalmente el rol de escaladores. Entre las mujeres no se observan más diferencias antropométricas según la tipología de las ciclistas, aunque en hombres se constata que los contrarrelojistas y especialmente los esprinters son notablemente más pesados. Destaca igualmente que los aspirantes a clasificaciones generales y los escaladores presentan unas características antropométricas muy similares.

Las Tablas 3 (masculino) y 4 (femenino) muestran los valores normativos del perfil de potencia de esta amplia muestra representativa del pelotón profesional. Los resultados que se exponen aquí sientan las bases y referencias del potencial físico que se puede desarrollar en la élite mundial para cada tiempo de exposición (en ausencia de fatiga; Muriel et al., 2021b), tanto en valores absolutos (W) como relativos al peso (W/Kg).

Según estos resultados, por ejemplo, un ciclista varón podría ser competitivo a nivel profesional con un mejor valor en 20 min de 6.3 W/kg, y solo alcanzaría la élite mundial en roles concretos que requiriesen de ese tiempo de exposición si superase los 6.6 W/kg. Por su parte, una mujer ciclista podría ser competitiva en el máximo nivel profesional con un mejor valor en 1 min de 9.0 W/kg, y solo alcanzaría la elite mundial para un rol de esprínter si superase los 9.4 W/kg.

Además de los valores normativos totales del ciclismo profesional, en el estudio de los ciclistas masculinos, se ha hecho un análisis de las posibles diferencias en el perfil de potencia para los dos principales niveles competitivos (World Tour vs. Pro Team), no solo en los registros de una competición aislada (Muriel et al., 2021a y b), sino en todos los registros de entrenamiento y competición de estos ciclistas durante 8 temporadas. La Figura 1 muestra en valores absolutos (Paneles A y B) y relativos (Paneles C y D) los registros de MMP para estos ciclistas WT y PT (desde 1 s a 5 min A y C; de 10 min a 4 h B y D).

Figura 1. Diferencias en el perfil de potencia en valor absoluto (Paneles A y B) y relativos (Paneles C y D) para los niveles World Tour vs. Pro Team.

De estos resultados cabe desatacar que, en la práctica totalidad de los esfuerzos, y especialmente para menos de 5 s y a partir de los 5 min en adelante, los ciclistas WT obtienen registros eminentemente superiores a los PT en valor absoluto (W). En cambio, al relativizar estos valores de potencia por el peso del ciclista (W/kg), tal y como hemos observado en estudios previos para un evento competitivo concreto (Muriel et al., 2021a y b), y al ser los ciclistas PT más ligeros, las diferencias significativas entre ambos niveles competitivos se reducen notablemente para esfuerzos de larga duración (de 5 min a 4 h), registrándose incluso mejores valores relativos en los PT para esfuerzos de corta duración (30 s – 1 min). Se puede concluir por tanto que la diferencia fundamental entre ambos niveles competitivos radica en los mayores valores absolutos de potencia que son capaces de generar los ciclistas WT para esfuerzos de media y larga duración (más de 5 min).

Otro de los resultados relevantes de ambos estudios es el análisis pormenorizado que se ha realizado del perfil de potencia para las distintas tipologías de ciclista (escalador, esprínter, contrarrelojista, todo terreno y aspirante a clasificaciones generales), de nuevo expresados en valor absoluto (W) y relativos al peso (W/kg)

En ciclistas varones, y sin distinguir su nivel competitivo (WT o PT), en la Figura 2 se puede observar claramente que los esprínteres son los que mejores registros obtienen en valor absoluto para esfuerzos de hasta 1 min. Por el contrario, para los esfuerzos de media y larga duración (entre 10 min y hasta 4h), expresados en valor absoluto, se observan unos resultados directamente proporcionales al peso del ciclista, siendo los menos pesados, escaladores y aspirantes a GG, los que peores datos obtienen en todo el perfil de potencia. Por su parte, los contrarrelojistas, acorde a su especificad, son los que mejores registros poseen de 10 min a 60 min en valor absoluto. En cambio, como cabría esperar, cuando los datos se relativizan al peso, son los aspirantes a grandes generales los que registran datos significativamente mejores en todos los tiempos de exposición sometidas a estudio.

Figura 2. Perfil de potencia en valor absoluto (Paneles A y B) y relativos (Paneles C y D) para cada uno de los roles o tipologías de ciclista profesional masculino.

Curiosamente, esta tendencia descrita para hombres no se mantiene en las ciclistas profesionales analizadas (Figura 3). Tanto en valor absoluto como en relativo, las esprínteres son las que mejores registros obtienen para esfuerzos de menos de 30 s, pasando a ser las contrarrelojistas las que dominan el perfil de potencia en valor absoluto para esfuerzos comprendidos entre 10 min y 30 min. Es necesario apuntar que, puede existir una limitación de este estudio en la categorización de las ciclistas, ya que es muy probable que las mejores ciclistas del mundo contrarreloj sean también las principales candidatas a ganar las grandes generales, hecho que en general no ocurre en el ciclismo profesional masculino (aunque Roglic, por ejemplo, es el actual campeón olímpico de Contrarreloj y ganador de las dos últimas Vueltas España).

Figura 3. Perfil de potencia en valor absoluto (Paneles A y B) y relativos (Paneles C y D) para cada uno de los roles o tipologías de ciclista profesional femenino.

En su conjunto, los resultados de ambos estudios demuestran que el análisis de los registros de MMP permite diferenciar entre niveles competitivos y roles o tipologías de ciclista dentro del pelotón profesional, tanto masculino como femenino. La cantidad y calidad de registros analizados en esta base de datos permite, por primera vez en la literatura científica internacional, exponer con seguridad y confianza valores de referencia y normativos sobre el perfil de potencia del ciclismo profesional.

 

Xabier Muriel, Pedro L Valenzuela, Manuel Mateo-March, Jesús G Pallarés, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil. Physical Demands and Performance Indicators in Male Professional Cyclists During a Grand Tour: WorldTour Versus ProTeam Category. Int J Sports Physiol Perform. 2021 Aug 3;1-9. doi: 10.1123/ijspp.2021-0082. Online ahead of print.

 Xabier Muriel, Manuel Mateo-March, Pedro L Valenzuela, Mikel Zabala, Alejandro Lucia, Jesús G Pallares, David Barranco-Gil. Durability and repeatability of professional cyclists during a Grand Tour. Eur J Sport Sci. 2021 Sep 29;1-15. doi: 10.1080/17461391.2021.1987528. Online ahead of print.

 

 

 

 

 

Comentario sobre las recientes investigaciones relativas a las demandas físicas, requerimientos energéticos y la resistencia a la fatiga que se experimentan en el ciclismo profesional durante una gran vuelta

Xabier Muriel, Pedro L Valenzuela, Manuel Mateo-March, Jesús G Pallarés, Alejandro Lucia, David Barranco-Gil. Physical Demands and Performance Indicators in Male Professional Cyclists During a Grand Tour: WorldTour Versus ProTeam Category. Int J Sports Physiol Perform. 2021 Aug 3;1-9. doi: 10.1123/ijspp.2021-0082. Online ahead of print.

 Xabier Muriel, Manuel Mateo-March, Pedro L Valenzuela, Mikel Zabala, Alejandro Lucia, Jesús G Pallares, David Barranco-Gil. Durability and repeatability of professional cyclists during a Grand Tour. Eur J Sport Sci. 2021 Sep 29;1-15. doi: 10.1080/17461391.2021.1987528. Online ahead of print.

 Se presenta a continuación un resumen y diversas aplicaciones prácticas que se desprenden de estos dos trabajos recientemente publicados en dos de las revistas más prestigiosas del área Sports Sciences del JCR, liderados por investigadores pertenecientes a cuatro Universidades y Grupos de Investigación.

  • Faculty of Sport Sciences, Universidad Europea de Madrid
  • Department of Physical Activity and Sport, University of Granada
  • Sport Science Department. Universidad Miguel Hernández de Elche, Spain
  • Human Performance and Sports Science Laboratory, Faculty of Sport Sciences, University of Murcia
©PHOTOGOMEZSPORT2020

 

El resultado final en el ciclismo profesional está condicionado por numerosos factores entre los que pueden destacar la climatología, la orografía del recorrido, la táctica individual y de equipo, los materiales empleados, aspectos psicológicos y biomecánicos, percances ocurridos en carrera, etc., aunque muy especialmente va a depender del potencial físico que pueda desarrollar individualmente cada ciclista en carrera (1).

Gracias al avance de la tecnología, y en concreto al uso extendido de los potenciómetros, hoy en día, podemos medir con gran precisión y objetividad el rendimiento físico que manifiesta cada ciclista durante el entrenamiento y la competición. De este avance técnico se desprenden innumerables aplicaciones prácticas para el campo de la programación del entrenamiento, de la nutrición deportiva, y esencialmente en la valoración del rendimiento específico de cada ciclista en su propio contexto (es decir, validez ecológica).

Uno de los conceptos y aplicaciones más avanzados que se desprenden de la medida directa de potencia en el ciclismo es el conocido como perfil de potencia que presenta cada corredor en base a los registros diarios de entrenamiento y competición. Entendemos por ese perfil la media máxima de potencia (Maximun Mean Power, MMP) (2,3) para un determinado tiempo de exposición, que puede ir desde un segundo hasta varias horas, en función de la disciplina que el ciclista lleve a cabo.

Desde un punto de vista práctico este concepto nos abre un gran número de posibilidades ya que sin necesidad de tomar ningún registro de biomarcadores u otros protocolos de laboratorio, en base a la curva o perfil generado por los registros de potencia de entrenamientos y competiciones, si un corredor es capaz de mejorar la MMP durante un tiempo concreto será un síntoma inequívoco de que ha obtenido adaptaciones funcionales sobre esa intensidad en un periodo de tiempo determinado (Figura 1).

Figura 1. Ejemplo del Perfil de Potencia.

 

Así, en función del perfil de la curva que obtenemos de cada ciclista podremos orientarlo hacia una especialidad u otra según los distintos requerimientos (mayor o menor tiempo de exposición o días de competición), identificar sus puntos fuertes y débiles, así como cuantificar objetivamente cuáles han sido las adaptaciones específicas que ha producido nuestra intervención o cualquier otra manipulación que propongamos (por ej., el entrenamiento continuado de HIIT puede mejorar el P1, P5 y el P20, pero podría empeorar el P60 y P180).

Dentro del ciclismo de ruta, hay diferentes tipos de pruebas según orografía (llanas, media montaña, montaña, CRI y CRE) y/o según los días consecutivos de competición (pruebas de un día, pruebas de una semana o las grandes vueltas o pruebas de tres semanas (2–6). Dada su popularidad, impacto económico y relevancia en el pelotón internacional, las Grandes Vueltas han llamado especialmente la atención de investigadores y los equipos profesionales, aunque hasta los últimos años únicamente se habían podido llevar a cabo estudios descriptivos durante las tres semanas de competición sobre los registros de frecuencia cardíaca como indicador de la intensidad (7). Recientemente han comenzado a aparecer estudios con análisis de los registros de potencia, presentándose estudios de caso (8), comparaciones entre valores de hombres y mujeres (9,10), o incluso descriptivos del perfil de potencia de aquellos ciclistas que obtienen resultados top-5 en función de la tipología de carrera (11).

Los resultados de los dos trabajos analizados aquí se centran en el análisis de los datos de potencia individual registrados durante una Gran Vuelta (Vuelta España 2020), entre dos equipos de diferente categoría (Word Tour (WT) vs. Professional Continental Team (PT), con el objetivo de corroborar si realmente existen las diferencias físicas que priori se presuponen entre ambas categorías.

En primer lugar, al analizar las características de la muestra se puede observar una notable diferencia en la experiencia en el campo profesional (años como profesional), así como diferencias en algún factor antropométrico como la talla. Como era de esperar, la posición final media en la general de esta Gran Vuelta es significativamente mejor en el equipo WT que en el PT. Se aprecia también una clara tendencia a que los ciclistas World Tour tengan más edad, sean algo más pesados, y además ostenten un valor de FTP relativo al peso superior que los ProTeam (Tabla 1).

 

El primer estudio (Physical Demands and Performance Indicators in Male Professional Cyclists During a Grand Tour: WorldTour Versus ProTeam Category) se centra en el análisis de los datos derivados de la potencia, y especialmente de la MMP, desarrollados durante toda la Vuelta, así como un análisis pormenorizado para cada una de las 3 semanas de competición.

En la Tabla 2, se puede observar que, efectivamente, los ciclistas del equipo WT desarrollan mayor potencia absoluta y relativa al peso durante toda la Vuelta, lo que implica a su vez un mayor gasto calórico total, por km recorrido, y por kg de peso del ciclista. No se observa sin embargo una diferencia notable entre ambas categorías en la acumulación de carga (TSS), o en el factor de intensidad (IF) medio durante las tres semanas.

En el análisis exhaustivo del perfil de potencia, la Figura 3 muestra los mejores valores de potencia para cada uno de esos tiempos de exposición (desde el P5 s al P180 min) en ambas categorías, tomando para el análisis los datos medios globales de las tres semanas de duración de la Vuelta (Panel A), así como analizando por separado los datos de cada una de las semanas (B 1ª semana, C 2ª semana y D 3ª semana). Resulta destacable que, cuando se analizan los registros medios globales de los 20 días de competición, los corredores del equipo WT no muestran valores sustancialmente superiores en la MMP relativo al peso para ninguna intensidad (P5 s – P180 min) al compararlo con los PT. Sin embargo, al analizar semana por semana, a partir de esfuerzos superiores a 5 min, los ciclistas de la máxima categoría evidencian registros de potencia significativamente superiores que los ciclistas PT, siendo estas diferencias especialmente patentes en la tercera semana de competición.

Asumiendo la posible interferencia generada por las distintas directrices tácticas que reciben en carrera ambos equipos, todos estos resultados parecen sugerir que la mayor celeridad en la recuperación de la fatiga, y por lo tanto la posibilidad de sostener con mayores garantías el perfil de potencia durante la 2ª y 3ª semana de competición, pueden ser los mecanismos que subyacen en las diferencias de nivel competitivo de estos ciclistas.

 

Por todo ello, el segundo de los estudios (Durability and repeatability of professional cyclists during a Grand Tour) se centra en analizar las consecuencias que distintos niveles de gasto energético previos (fatiga acumulada) pueden tener sobre el perfil de potencia del ciclista, tomando como referencia ese mismo esfuerzo en condiciones ideales sin gasto previo, para de esta forma determinar el efecto que va a tener la fatiga sobre el rendimiento físico (durability).

Además de esta visión contemporánea que se esta dando al estudio de la resistencia a la fatiga en ciclismo, en base a un gasto energético previo (12), en este segundo articulo se incluye un novedoso concepto que es la repetibilidad (repeatability), consistente en observar si la capacidad de un ciclista de repetir esfuerzos por encima de un determinado porcentaje (95% en este caso) de la MMP, es superior en función de la categoría del equipo a la que pertenece el ciclista.

La durabilidad se analiza estudiando el MMP después de un gasto energético determinado (MMP después de 0, 15, 25 y 35 kJ/kg), mientras que la repetibilidad se analiza cuantificando el número de veces que un ciclista es capaz de estar por encima del 95% de su MMP en un periodo determinado de tiempo. Par este trabajo, todos estos análisis se han llevado a cabo de forma global (los 20 días de competición) y pormenorizado para cada una de las tres semanas.

Recientes estudios publicados por Van Erp et al. (2021) y Leo et al. (2021) (12,13), parecen sugerir que los ciclistas de mayor nivel (categoría profesional vs. categoría sub 23) son capaces de atenuar la caída de la MMP después acumular distintos niveles gasto o fatiga.

En nuestro caso, al estudiar la durabilidad de la MMP tras los diferentes gastos energéticos propuestos (15, 25 y 35 kJ/kg; lo que implica por ej. que un corredor de 70 kg haya realizado un esfuerzo previo de 240 W durante 75 min, 120 min y 170 min respectivamente ), no se encuentran diferencias significativas para ninguno de los rangos de tiempos analizados. No obstante, como se puede observar en la Figura 4, aun no existiendo diferencias significativas, sí se puede identificar una clara tendencia a que cuanto mayor es el gasto energético previo (mayor fatiga acumulada), mayores son las diferencias en los valores relativos de potencia entre los equipos World Tour y Pro Team.

En cambio, cuando se analizan de forma independiente semana a semana los datos de la MMP tras los distintos grados de fatiga previa (0, 15, 25 y 35 kJ/kg), de nuevo se observan diferencias significativas entre ambos equipos (WT vs. PT). Ya en la 1º semana se registran diferencias entre ambos niveles competitivos para esfuerzos de 1, 5 y 30 minutos, diferencias que se van incrementado a medida que se incrementa el  nivel de gasto energético previo. Esta tendencia se ve reafirmada en la 2º y 3º semana, donde se encontraron diferencias evidentes entre World Tour y Pro Team para los esfuerzos de 5, 10, 20 y 30 minutos, incluso para gastos de 0 kJ/kg (Figura 5).

En cuanto a la repetibilidad, entendida como la cantidad de veces que un ciclista es capaz de desarrollar una potencia superior al 95% de su mejor MMP, al realizar el análisis global (Figura 6) y por semanas (Figura 7) se puede observar que no hay diferencias significativas entre ambos equipos (WT vs. PT), para ninguna de las posibles comparaciones. No obstante, aunque la diferencia no alcance a ser significativa, y desde una perspectiva práctica y de análisis del rendimiento en el que mínimas diferencias de este factor pueden determinar el éxito o el fracaso en competición, estas dos Figuras (6 y 7) evidencian que los corredores del equipo WT tienen mayor capacidad de repetir esfuerzos por encima del 95% en todos los tiempos de exposición medidos, excepto en 30”.

Como conclusiones podemos extraer que ambos estudios corroboran las diferencias significativas esperadas entre los ciclistas del equipo WT y el equipo PT durante una Gran Vuelta, tanto en la experiencia como profesional como el puesto promedio final. En cambio, no hay diferencias significativas en la MMP relativo al peso, al hacer un análisis global, ni después de un gasto energético específico. Para que aparezcan estas diferencias entre ambos niveles de rendimiento se debe realizar un análisis por semana, habiéndose registrado un aumento de las diferencias de rendimiento en el perfil de potencia según avanza la competición.

Al igual que nuestros resultados, otros estudios previos (12,13) también sugieren que la diferencia entre los ciclistas buenos y los excepcionales puede radicar en la capacidad de atenuación de la caída de la MMP cuando va incrementándose el nivel fatiga y el paso de los días de competición (durability).

Por último, aún no habiéndose encontrado diferencias estadísticamente significativas, los resultados de estos trabajos sugieren que es necesario seguir ahondado en el concepto de repetibilidad como factor determinante del rendimiento en ciclismo en ruta, quizás con un % mayor (98%), una muestra más amplia, comparando tipologías de recorrido o de corredores diferentes, etc.

 

References

  1. Phillips KE, Hopkins WG. Determinants of Cycling Performance: a Review of the Dimensions and Features Regulating Performance in Elite Cycling Competitions. Sport Med. 2020;6:1–18.
  2. Pinot J, Grappe F. The record power profile to assess performance in elite cyclists. Int J Sports Med. 2011;32(11):839–44.
  3. Sanders D, van Erp T. The Physical Demands and Power Profile of Professional Men’s Cycling Races: An Updated Review. Int J Sports Physiol Perform. 2020;1(aop):1–10.
  4. Van Erp T, Sanders D. Demands of professional cycling races: influence of race category and result. Eur J Sport Sci. 2021;21(5):666–77.
  5. Sanders D, Heijboer M. Physical demands and power profile of different stage types within a cycling grand tour. Eur J Sport Sci. 2019;19(6):736–44.
  6. Quod MJ, Martin DT, Martin JC, Laursen PB. The power profile predicts road cycling MMP. Int J Sports Med. 2010;31(6):397–401.
  7. Lucia A, Hoyos J, Carvajal A, Chicharro JL. Heart rate response to professional road cycling: the Tour de France. Int J Sports Med. 1999;20(03):167–72.
  8. van Erp T, Kittel M, Lamberts RP. Demands of the Tour de France: A Case Study of a World-Class Sprinter (Part I). Int J Sports Physiol Perform. 2021;1(aop):1–8.
  9. Sanders D, van Erp T, de Koning JJ. Intensity and load characteristics of professional road cycling: Differences between men’s and women’s races. Int J Sports Physiol Perform. 2019;14(3):296–302.
  10. Van Erp T, Sanders D, De Koning JJ. Training characteristics of male and female professional road cyclists: a 4-year retrospective analysis. Int J Sports Physiol Perform. 2019;15(4):534–40.
  11. van Erp T, Lamberts RP, Sanders D. Power Profile of Top 5 Results in World Tour Cycling Races. Int J Sports Physiol Perform. 2021;1(aop):1–7.
  12. van Erp T, Hoozemans M, Foster C, de Koning JJ. The Influence of Exercise Intensity on the Association Between Kilojoules Spent and Various Training Loads in Professional Cycling. Int J Sports Physiol Perform. 2019;14(10):1395–400.
  13. Leo P, Giorgi A, Lorang D, Spragg J, Mujika I, Lawley JS. Workload characteristics and race performance of U23 and elite cyclists during an UCI 2. Pro multistage race (Tour of the Alps). J Sci Cycl. 2020;9(2):4–6.

 

 

Comentario del artículo: Impact of Tailored Multicomponent Exercise for Prevent Weakness and Falls on Nursing Home Residents’ Functional Capacity. Journal of the American Medical Directors Association (JAMDA)

Courel-Ibáñez J, Buendía-Romero, Á, Pallarés JG, García-Conesa, S, Martínez-Cava A, Izquierdo, M. Impact of Tailored Multicomponent Exercise for Prevent Weakness and Falls on Nursing Home Residents’ Functional Capacity. Journal of the American Medical Directors Association (JAMDA). 2021. doi: 10.1016/j.jamda.2021.05.03

Enlace a la Publicación

 

Cada vez existen más evidencias que demuestran que el ejercicio es un tratamiento altamente eficaz y seguro tanto para prevenir, como afrontar e incluso revertir enfermedades en personas mayores [1,2]. En los últimos años existe un creciente interés en explorar qué tipo de ejercicio físico y qué dosis resultan más eficaces, especialmente en colectivos frágiles como las personas que viven en residencias de mayores (institucionalizados) [3,4].

Con el fin de dar respuesta a esta pregunta, surge el programa de ejercicio VIVIFRAIL, especialmente diseñado para personas mayores de 75 años, y que permite individualizar el entrenamiento en función del estado de forma inicial de la persona [5]. En estudios anteriores, ya demostramos la eficacia del programa Vivifrail supervisado por Educadores Físico Deportivos, con resultados sorprendentes tras solo 4 semanas de aplicación [6]. Sin embargo, aún queda por saber si los resultados serían incluso mejores si aplicamos el programa durante más tiempo.

En concreto, teniendo en cuenta que las personas mayores pueden interrumpir su práctica de ejercicio a lo largo del año debido a caídas, enfermedades o molestias, existe un especial interés en estudiar el efecto de desacondicionamiento o desentrenamiento, es decir, la pérdida progresiva de las adaptaciones producidas por el ejercicio tras un periodo de inactividad [7].

En este ensayo clínico determinamos los beneficios de dos dosis de ejercicio Vivifrail: 24 semanas de entrenamiento + 6 semanas de desentrenamiento, y 4 semanas de entrenamiento 14 semanas de desentrenamiento. Participaron 24 personas institucionalizadas de 75 a 101 años de edad diagnosticadas con sarcopenia. Se evaluó la capacidad funcional y la fuerza al inicio del estudio y después de los períodos largos y cortos de entrenamiento y desentrenamiento.

Los principales resultados mostraron que:

  • Los beneficios en la capacidad funcional y en la fuerza después de intervenciones de ejercicio cortas y largas persistieron en comparación con el valor inicial (es decir, los participantes terminaron el estudio en mejores condiciones que cuando lo empezaron, incluso después de un periodo de inactividad).
  • El entrenamiento Vivifrail fue altamente efectivo a corto plazo (4 semanas) para aumentar el rendimiento funcional y de fuerza (tamaño del efecto = 0.32-1.44, P <.044).
  • Seguir entrenando durante 24 semanas produjo mejoras adicionales del 10% al 20% (p <0,036).
  • El 36% de los participantes revirtieron su estado de fragilidad inicial, y el 59% logró una alta autonomía en comparación con los valores anteriores al programa de entrenamiento.
  • El desentrenamiento provocó pérdidas de fuerza y ​​capacidad funcional del 10% al 25% incluso después de 24 semanas de entrenamiento (tamaño de los efectos = 0,24-0,92, p <0,039). Este último resultado es extremadamente importante ya que, a determinada edad, independientemente del estado de forma que se tenga, van a ocurrir pérdidas en el estado de forma y salud que únicamente pueden prevenirse con ejercicio físico.

 

Figura 1. Cambios producidos en la capacidad funcional (Short Physical Battery Test, SPPB) y en el tiempo en levantarse y sentarse de la silla (sit-to-stand test) en las dos dosis de ejercicio: 24 semanas de entrenamiento + 6 semanas de desentrenamiento (línea azul), y 4 semanas de entrenamiento 14 semanas de desentrenamiento (línea dorada).

 

Estos resultados refuerzan la necesidad de incorporar programas de entrenamiento físico supervisados en centros de cuidado y residencias de mayores. Además, este estudio ofrece por primera vez resultados con una alta trascendencia sobre los efectos protectores del programa Vivifrail tras un periodo de inactividad. En este sentido, estrategias intermitentes como 4 semanas de ejercicio supervisado 3 veces al año con no más de 14 semanas de inactividad entre períodos de ejercicio parecen ser una solución eficiente al desafío global de mantener la capacidad funcional (e incluso pueden revertir la fragilidad) en adultos mayores institucionalizados vulnerables.

 

  1. Izquierdo, J.E. Morley and A. Lucia, Exercise in people over 85, BMJ, 368, 2020, m402.
  2. L. Valenzuela, A. Castillo-García, J.S. Morales, et al., Physical exercise in the oldest old, Compr Physiol, 9, 2019, 1281–1304.
  3. García-Hermoso, R. Ramirez-Vélez, M.L. Sáez de Asteasu, et al., Safety and effectiveness of long-term exercise interventions in older adults: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials, Sports Med, 50, 2020, 1095–1106.
  4. L. Sáez de Asteasu, N. Martínez-Velilla, F. Zambom-Ferraresi, et al., Changes in muscle power after usual care or early structured exercise intervention in acutely hospitalized older adults, J Cachexia Sarcopenia Muscle, 11, 2020, 997–1006.
  5. Izquierdo. Vivifrail: Multicomponent program of physical exercise. Available at: http://vivifrail.com/resources, 2020 s, 8 July 2020.
  6. Courel-Ibáñez, J.G. Pallarés, S. García-Conesa, et al., Supervised exercise (vivifrail) protects institutionalized older adults against severe functional decline after 14 weeks of COVID confinement, J Am Med Dir Assoc, 22, 2021, 217–219.e2.
  7. Blocquiaux, T. Gorski, E. Van Roie, et al., The effect of resistance training, detraining and retraining on muscle strength and power, myofibre size, satellite cells and myonuclei in older men, Exp Gerontol, 133, 2020, 110860

Comentario del artículo: Effects of Range of Motion on Resistance Training Adaptations: A Systematic Review and Meta-Analysis

Pallarés JG, Hernández-Belmonte A, Martínez-Cava A, Vetrovsky T, Steffl M, Courel-Ibáñez J. Effects of Range of Motion on Resistance Training Adaptations: A Systematic Review and Meta-Analysis.  Scand J Med Sci Sports. 2021. doi: 10.1111/sms.14006. Enlace a la Publicación

El rango de movimiento (ROM) utilizado durante los ejercicios de fuerza es una de las principales variables con capacidad para modular las adaptaciones neuromusculares, funcionales y estructurales generadas durante un programa de entrenamiento. Por ejemplo, el ROM utilizado en cada repetición determina la zona de la relación fuerza-longitud sobre la que se aplica el estímulo [1]. Por ello, es lógico pensar que dos programas de entrenamiento de fuerza realizados con diferentes ROMs (completo o parcial) podrían generar distintas adaptaciones a largo plazo, incluso cuando todas las demás variables de entrenamiento (intensidad relativa, volumen, recuperación, etc.) están igualadas. Sin embargo, en la actualidad, existe una falta de consenso y una gran controversia sobre el ROM más eficaz para maximizar las adaptaciones producidas por el entrenamiento con sobrecargas externas. Ante este hecho, en este último estudio hemos realizado una revisión sistemática y meta-análisis con el objetivo de recopilar, analizar y ofrecer una conclusión práctica en base a toda la literatura científica que ha comparado la eficacia del entrenamiento de fuerza realizado a ROM completo vs. parcial para generar adaptaciones neuromusculares, funcionales y estructurales.

 

Para ello, realizamos una exhaustiva búsqueda de los artículos científicos sobre la temática publicados hasta Agosto de 2020. Tras un proceso de lectura y evaluación de la calidad metodológica de estos estudios, se incluyeron finalmente 16 investigaciones experimentales (551 participantes) que cumplían con los criterios de inclusión y exclusión inicialmente fijados para esta revisión. A continuación, se extrajeron y analizaron cualitativa (revisión sistemática) y cuantitativamente (meta-análisis) los cambios pre-post de los grupos de entrenamiento incluidos en estas 16 investigaciones. El tamaño del efecto (ES) fue el principal estadístico incluido en este estudio. De esta forma, el signo del ES denota la dirección del efecto a favor de uno u otro ROM (ES positivo = Mayor eficacia del ROM completo; ES negativo = Mayor eficacia del ROM parcial), mientras que su valor informa sobre la magnitud de estas diferencias: pequeña (ES = 0.20 – 0.49), moderada (ES = 0.50 – 0.79) o alta (ES ≥ 0.80).  Además, el ES se acompañó del estadístico P para examinar si estas diferencias eran significativas (P ≤ 0.05). Tras los diferentes análisis llevados a cabo, los principales resultados encontrados muestran que:

 

a) El entrenamiento de fuerza a ROM completo produjo adaptaciones significativamente mayores que el ROM parcial en la fuerza muscular (ES = 0.56, P = 0.004). En concreto, la 1RM del tren inferior se maximizaría utilizando un ROM completo en los ejercicios de fuerza entrenados (ES = 1.53, P = 0.001)

b) Además, aunque las diferencias no alcanzaron la significación estadística, los cambios en el rendimiento funcional se encontraron superiores tras el entrenamiento de fuerza a ROM completo (ES = 0.44, P = 0.186, Figura 1).

Figura 1. Forest plot que muestra las diferencias entre el ROM completo vs. parcial sobre rendimiento funcional.

 

c) En referencia a las adaptaciones estructurales, el entrenamiento de fuerza a ROM completo produjo adaptaciones significativamente mayores que el ejecutado a ROM parcial en la hipertrofia de los miembros inferiores (ES = 0.88, P = 0.027, Figura 2).

 

Figura 2. Forest plot que muestra las diferencias entre el ROM completo vs. parcial sobre la hipertrofia muscular del tren inferior.

 

d) Por último, no se encontró una superioridad significativa de ninguno de los dos ROMs para producir cambios en la arquitectura muscular (ES = 0.28, P = 0.226), aunque la longitud de los fascículos tendió a maximizarse utilizando un ROM completo (ES = 0.87, P = 0.327).

 

En su conjunto, estos resultados nos permiten concluir que el entrenamiento de fuerza realizado a ROM completo es una estrategia más efectiva y segura que el llevado a cabo a ROM parcial para maximizar las adaptaciones neuromusculares, funcionales y estructurales, a la vez que se reduce el riesgo de lesión derivado del propio entrenamiento. Este trabajo de revisión sistemática con meta-análisis supone el broche final a un largo y fructífero proyecto de investigación llevado a cabo en nuestro laboratorio durante los últimos 8 años, vertebrado en el análisis de la eficacia y seguridad de los diferentes ROMs utilizados en el entrenamiento de fuerza. Las 5 investigaciones [2–6] derivadas de este proyecto de investigación, todas ellas publicadas en revistas científicas indexadas en la Journal Citation Report (JCR), aportan suficiente evidencia empírica como para romper con el mito o creencia tradicionalmente arraigado en el entrenamiento de fuerza que apoyaba una mayor efectividad del ROM parcial.

 

Referencias

  1. Rassier DE, MacIntosh BR, Herzog W. Length dependence of active force production in skeletal muscle. J Appl Physiol. 1999;86(5):1445-57.
  2. Pallarés JG, Cava AM, Courel-Ibáñez J, González-Badillo JJ, Morán-Navarro R. Full squat produces greater neuromuscular and functional adaptations and lower pain than partial squats after prolonged resistance training. Eur J Sport Sci. 2020;20(1):115-124.
  3. Martínez-Cava A, Hernández-Belmonte A, Courel-Ibáñez J, Morán-Navarro R, González-Badillo JJ, Pallarés JG. Bench Press at Full Range of Motion Produces Greater Neuromuscular Adaptations Than Partial Executions After Prolonged Resistance Training. J Strength Cond Res. 2019;1.
  4. Martínez-Cava A, Morán-Navarro R, Hernández-Belmonte A, Courel-Ibáñez J, Conesa-Ros E, González-Badillo JJ, et al. Range of motion and sticking region effects on the bench press load-velocity relationship. J Sport Sci Med. 2019;18(4):645-652.
  5. Martínez-Cava A, Morán-Navarro R, Sánchez-Medina L, González-Badillo JJ, Pallarés JG. Velocity- and power-load relationships in the half, parallel and full back squat. J Sports Sci;37:1088–96.
  6. Pallarés J, Hernández-Belmonte A, Martínez-Cava A, Vetrovsky T, Steffl M, Courel-Ibáñez J. Effects of Range of Motion on Resistance Training Adaptations: A Systematic Review and Meta-Analysis. Scand J Sport Sci. 2021.

 

Comentario del artículo: Level of Effort: A Reliable and Practical Alternative to the Velocity-Based Approach for Monitoring Resistance Training

Hernández-Belmonte A, Courel-Ibáñez J, Conesa-Ros E, Martínez-Cava A, Pallarés JG. Level of Effort: A Reliable and Practical Alternative to the Velocity-Based Approach for Monitoring Resistance Training. J Strength Cond Res. 2021 May 20. doi: 10.1519/JSC.0000000000004060. Enlace a la Publicación

 

En los últimos años, el entrenamiento de fuerza basado en la velocidad (en inglés, velocity-based resistance training, VBT), ha demostrado ser la metodología más eficaz y fiable para la programación individualizada del entrenamiento y la monitorización de las cargas.  Entre otras aplicaciones prácticas, el VBT nos permite ajustar fielmente la magnitud de carga (%1RM) a la que deseamos entrenar, al tiempo que facilita al participante o a su entrenador detener la serie de repeticiones en el momento preciso que se alcanza la fatiga neuromuscular y metabólica programada. Sin embargo, el VBT no está exenta de ciertos inconvenientes importantes, como son la necesidad de un equipo específico para la medida de la velocidad, un entrenador formado en la implementación de esta metodología, así como unos altos requerimientos temporales para el registro y análisis de los datos. La necesidad de registrar la velocidad de desplazamiento de cada una de las repeticiones y series en todos los ejercicios de que se compone la rutina de trabajo limita drásticamente la aplicación del VBT durante la supervisión telemática de estas sesiones y, por supuesto, para el control de rutinas de entrenamientos grupales (por ejemplo, deportes de equipo o clases colectivas).

 

La metodología del carácter del esfuerzo (en inglés, level of effort) se ha propuesto desde hace años como una alternativa práctica al control continuo y diario de la velocidad. Este carácter del esfuerzo se define como el número de repeticiones realizadas en la serie (lo que delimita la fatiga incurrida), en relación con el número máximo de repeticiones que se pueden completar (lo que se relaciona íntimamente con la intensidad relativa a vencer, es decir, el %1RM). Por ejemplo, programar un carácter del esfuerzo de 8(16) significaría realizar 8 repeticiones con una carga absoluta (kg) que permite al deportista completar un total de 16 repeticiones, es decir, el atleta estaría realizando la mitad de repeticiones de las posibles con una carga aproximada del 70% 1RM. Esta programación, en caso de ser suficientemente precisa, nos permitiría hacer coincidir la intensidad y la fatiga real alcanzada con la carga programada para cada serie de entrenamiento de fuerza, sin las mencionadas desventajas logísticas y técnicas del VBT, pero tampoco con los ya conocidos inconvenientes asociados a los test de 1RM o xRM, protocolos extremadamente fatigantes y lesivos, que además únicamente nos permite individualizar momentáneamente la magnitud cargas de entrenamiento (%1RM).

 

En este estudio, analizamos exhaustivamente una serie de aspectos clave entorno al carácter del esfuerzo, que determinan la idoneidad de esta metodología para ser implementada como alternativa práctica al VBT en el día a día del entrenamiento de fuerza. De manera específica, los objetivos de esta investigación fueron:

i) Examinar la variabilidad inter e intra-sujeto en el número máximo de repeticiones (nRM) que se pueden completar frente a cada %1RM (ajustado por la curva carga-velocidad individual).

ii) Investigar la relación entre el número de repeticiones completadas y la pérdida de velocidad alcanzada en los ejercicios de press de banca (BP), sentadilla completa (SQ), press de hombros (SP) y remo dorsal (PBP).

ii) Estudiar la influencia del nivel de fuerza o experiencia previa del sujeto en los parámetros anteriormente mencionados.

 

Para ello, se reclutaron 30 sujetos con niveles de fuerza relativa bajos (n = 10, Low RSR), medios (n = 10, Medium RSR) y altos (n = 10, High RSR), los cuales completaron tests progresivo hasta el 1RM en los principales ejercicios de entrenamiento fuerza y se identificó la velocidad específica que cada sujeto ostentaba para los diferentes %1RM. Una vez identificada esta velocidad individual, los sujetos completaron dos rondas (test-retest) de esfuerzos de repeticiones hasta el fallo muscular (nRM) ante el 65%, 75%, 86% y 95% del 1RM para todos los ejercicios. Además, para analizar la relación entre la pérdida de velocidad alcanzada y el número de repeticiones completadas, se monitorizó la velocidad durante cada test nRM mediante un transductor lineal.

 

Los principales resultados mostraron que, independientemente del nivel de fuerza que ostente el atleta, el %1RM al que se enfrente o el ejercicio, el número de repeticiones que se pueden completar hasta el fallo (nRM) es muy estable entre los diferentes participantes (variabilidad inter-sujeto < 3 repeticiones a partir del 75% 1RM, Tabla 1). Así, por ejemplo, en el ejercicio de press de banca (BP), el 95% de los atletas completaron entre 18-19 repeticiones contra el 65% 1RM, entre 11-13 repeticiones contra el 75% 1RM, entre 6-7 repeticiones contra el 85% 1RM y entre 2-3 repeticiones contra el 95% 1RM.

 

Tabla 1. Número de repeticiones hasta el fallo (nRM) completadas por cada nivel de fuerza relativa en los 4 ejercicios e intensidades examinados.

 

Por su parte, los resultados de la variabilidad intra-sujeto (test-retest) nos indican claramente que el nRM es extremadamente estable para un mismo participante (Tabla 2). Siguiendo con este mismo ejercicio del Press Banca, el análisis intra-sujeto encontró diferencias menores a 1 repetición ante cada %1RM cuando estos tests de máximo número de repeticiones se llevaron a cabo en una segunda ocasión (T1 vs T2): 65% 1RM (18 vs. 19 reps), 75% 1RM (12 vs. 12 reps), 85% 1RM (7 vs. 7 reps), y 95% 1RM (2 vs. 2 reps).

 

Tabla 2. Variabilidad intrasujeto en el número de repeticiones hasta el fallo (nRM) completadas en 2 días diferentes, por cada nivel de fuerza en los 4 ejercicios e intensidades. SEM: Error estándar de la medida.

 

Adicionalmente, la gran estabilidad que hemos encontrado para los valores nRM test-retest de un mismo participante presentan una segunda aplicación práctica crucial para la valoración y cuantificación de las adaptaciones del entrenamiento. En concreto, los resultados que se muestran en la Tabla 2 nos indican que si un deportista es capaz de realizar 2 repeticiones más ante una misma carga absoluta (por ej., 60 kg) después de un periodo de entrenamiento, puede tener una seguridad muy alta (SEM) de que esa carga le representa ya una intensidad relativa menor (%1RM), es decir, que ha mejorado su rendimiento ante esa magnitud de resistencia, y muy seguramente su fuerza dinámica máxima absoluta (1RM). Mejoras o retrocesos de 1 repetición ante la misma carga común no se pueden interpretar como un cambio de su rendimiento, ya que se encuentran dentro del margen de error más común de esta medida.

 

En el estudio de la fatiga incurrida en la serie, se encontró una relación muy estrecha (R2 ≥ 0,97) entre el número de repeticiones completadas y el porcentaje de pérdida de velocidad alcanzado en la serie. Por ejemplo, en el ejercicio de sentadilla completa (SQ) ante el 65% 1RM, una pérdida de velocidad del 10%, 20%, y 40%, se correspondió con la realización de 5, 8 y 15 repeticiones, respectivamente. Por otro lado, este análisis mostró diferencias en el número de repeticiones completadas por los sujetos con diferente nivel de fuerza en determinados ejercicios e intensidades. Por ejemplo, en el ejercicio de press de hombros (SP) ante el 75% 1RM, una pérdida de velocidad del 40% se correspondió con la realización de 6 repeticiones por parte de los sujetos con bajo nivel de fuerza (Low RSR) y 8 repeticiones por parte de los sujetos con medio (Medium RSR) y alto nivel de fuerza (High RSR).

Figura 1. Relación entre el número de repeticiones completadas y el porcentaje de pérdida de velocidad alcanzado.

 

En su conjunto, todos estos resultados tienen, a  nuestro juicio, un excepcional valor práctico para el campo del entrenamiento de fuerza, sea cual sea el nivel de experiencia del deportista. Concretamente, en la Tabla 3 se recogen los principales caracteres del esfuerzo que puede emplear un deportista para programar y ejecutar fielmente una determinada intensidad relativa y un determinado grado esfuerzo. Por ejemplo, un atleta con niveles de experiencia en el entrenamiento de fuerza medios o altos, que se programe en el ejercicio SQ un objetivo de pérdida de velocidad del 20% frente al 75% 1RM debería realizar las primeras 6 repeticiones con una carga absoluta (kg) que permitiría al deportista completar un total de 11-12 repeticiones.

Tabla 3. Carácter del esfuerzo y repeticiones de reserva (RIR) específicos para cada nivel de fuerza, intensidades y ejercicios. Número como superíndice (11): repeticiones máximas que podrían completarse en el %1RM específico; Número como subíndice (6): repeticiones en reserva.

 

Los resultados que presentamos en este trabajo refuerzan el uso de la metodología del carácter del esfuerzo como estrategia válida para programar y controlar el entrenamiento del día a día en deportistas con diferentes niveles de fuerza. Por tanto, mientras que el VBT es sin duda la estrategia más recomendable en contextos de investigación y el alto rendimiento deportivo donde se requiere la máxima precisión en la programación de la intensidad y la fatiga incurrida en la serie, la metodología del carácter del esfuerzo se posiciona como una alternativa precisa, práctica y accesible para ser implementada en la mayoría de los contextos que nos podemos encontrar en los deportes de equipo, deportes individuales, clases colectivas o entrenamientos telemáticos.